El pasado 1 de julio, el Aita Mari, barco de asistencia humanitaria de Salvamento Marítimo Humanitario (SMH), zarpó en su decimotercera misión desde Pasajes. La travesía por aguas vascas que finalizó en mayo, acercó el proyecto de SMH y la dura realidad de las personas migrantes y refugiadas del Mediterráneo central a la ciudadanía. La calurosa acogida y el apoyo solidario del pueblo vasco infundieron esperanza y motivación para continuar con la labor humanitaria en medio de la crisis migratoria actual.
Un Contexto de Esperanza y Compromiso
La acogida en Euskadi sirvió de impulso para SMH, reafirmando la importancia de la acción urgente y comprometida frente a la crisis migratoria. La misión de SMH sigue siendo vital: proporcionar asistencia humanitaria y transmitir la realidad del Mediterráneo central, mientras se trabaja por un futuro donde todas las personas puedan vivir con dignidad y seguridad.
Rescate en la Zona SAR Libia
En la madrugada del lunes, 15 de Julio, el Aita Mari llevó a cabo una operación de rescate complicada, rescatando a 34 personas, la mayoría procedentes de Siria, incluyendo dos mujeres, una de ellas embarazada de siete meses, y tres menores. El rescate se realizó en la oscuridad, bajo la vigilancia de tres embarcaciones libias, algunas de ellas con tripulantes encapuchados y armados. A pesar de la tensión y la confusión, la tripulación del Aita Mari logró estabilizar la situación y completar el rescate.
Durante la operación, una persona se arrojó al agua en pánico, pero fue recuperada de manera segura. Tras el rescate, los hombres de una de las embarcaciones se llevaron la barca ya vacía.
Llegada a Puerto y Denuncia de la Situación
El Aita Mari llegó al puerto de Ravenna el 19 de julio, tras una travesía de cinco días y más de 1700 kilómetros. A bordo, las 34 personas rescatadas fueron atendidas y se les proporcionó apoyo médico. Algunas de estas personas, huyendo de la guerra en Siria y otras regiones, compartieron relatos de torturas sufridas en territorio libio.
La asignación del puerto de Ravenna, siguiendo la política de alejar los barcos de asistencia de las rutas migratorias más mortíferas, refleja una estrategia clara por parte del gobierno italiano: dificultar la labor humanitaria y vaciar de testigos las zonas mas transitadas, prolongando innecesariamente el sufrimiento de las personas rescatadas y poniendo en riesgo la vida de ciento de personas, al dejarlas a su suerte en alta mar sin ninguna medida de apoyo.
La organización denuncia que estas estrategias llevadas a cabo por el gobierno italiano desgastan los recursos de los que disponen. Estas políticas no solo dificultaron, sino que también impiden el trabajo de las ONGs al atacar directamente sus recursos. Para una ONG pequeña como SMH, con recursos muy limitados, esto condiciona en gran medida su operatividad y afectó gravemente su capacidad económica. Desde el inicio de la misión, desde que zarparon hasta la llegada al puerto de Ravenna, consumieron dos tanques enteros de combustible, lo que equivalió a 40.000 euros. Esta situación a obligado al Aita Mari a regresar a España dando por finalizada la misión 13.
El Futuro de la Misión Humanitaria
El desembarco en Ravenna marcó un paso crucial para las 34 personas rescatadas en su búsqueda de un futuro lejos del peligro y la persecución. Sin embargo, las políticas actuales de la Unión Europea, que criminalizan a las personas migrantes y las organizaciones que las asisten, ponen en peligro estos futuros.